sábado, mayo 29, 2010

Un sueño en junio


Es la luna de enero, pero es muy parecida a la luna de estos días. Anoche, en duermevela, entre sueños oía a Coquelico correr por los prados de casa y a los perros ladrar entre tanto juego del sol de noche. Sueños o realidad. Siempre vuelve Cortázar con su cuento La noche boca arriba”

Y el Buda, un niño rapado en sueños al cual los animales sonreían y amaban, y que llora al verlos sufrir. Los hombres guerreaban perdidos en su campo de batalla interno, matándose unos a otros, o matando por placer. Querían que fuera un gran guerrero de la casta de los nobles, pero decidió iniciar un camino.

Sueños de una noche de luna.


La luna como reflejo de una mente pura, como un espejo
La burra como una mente sin jinete
Los ladridos como lo externo que juega con nuestros sentidos

¡¡Qué importan las riendas si con amor la estoy domando!!


Deva Premal and Miten - Gayatri Mantra
http://www.youtube.com/watch?v=d63COahIpVM




viernes, mayo 28, 2010

mmmmmmmmmmm me encanta el soul


Me gusta, me alucina, me llena, me hormiguea, soy puro salto, la piel me vibra, mis articulaciones son esponjas, me dan alegría, vida, y placer….The Blues Brothers.


Desde que soy un chavalito los bailo, en casa, en fiestas y, cuando estudiaba en la facultad e iba en bici por Madrid con los cascos puestos, arriesgando la vida a ritmo de un buen soul. Eran otros tiempos, pero era muy muy divertido. O patinando a toda velocidad jugando a moverme sin fin ni pausa, ffzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz

Oyéndolos sin parar, una y otra vez.

En la película aparecen los mejores soulmen del momento, es un homenaje a la música negra, a la buena: Aretha Franklin, James Brown, Cab Calloway, Ray Charles, John Lee Hooker.

Las escenas son memorables, como cuando James Brown de predicador los ilumina y les hace ver cuál es su misión. Mis poros se mueven al ver bailar a los feligreses, al coro godspell y a los bluessssssssssssss.


James Brown- blues brothers
http://www.youtube.com/watch?v=P1KZKZs-2YM&feature=related

Ahhhhhhhh creo que se nota que después de trabajar toda la semana y siendo ya viernes a las 21 me acabo de echar un baile de muerteeeeeeeeeeeee.

Everybody Needs Somebody To Love - The Blues Brothers 
http://www.youtube.com/watch?v=HCTJeT2i9QU&feature=related

Y otro "bailesito".............. con Aretha huauuaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa


Blues Brothers - Think (Aretha Franklin) 
http://www.youtube.com/watch?v=qE41YPdPuis&feature=fvst

Ohhh Ray Ray you are the besttttttt (recomendable pa los melancólicos.
Jejeje...ahí vamonosssssssssssssss) qué bueno, uffffffffffffff baile a topeeeeeeeeeeeeeeeeee

Blues Brothers - Twist it (Shake Your Tail Feather) 
http://www.youtube.com/watch?v=rN5V-6yCbpg

Y para acabar papi Hooker su Boom Boom Boom, el rey del bluessssssssssssss

John Lee Hooker - Blues Brothers - Boom Boom Boom 
http://www.youtube.com/watch?v=hn_PF4L470w&feature=related

Hace sesenta años Hooker escribió este blues, las coplas de blues que son el origen del jazz, el rock... vienen de los antiguos esclavos de las plantaciones del Missisipi:

"Ven a casa mujer
ven a casa muñeca
te quiero
Cuando ella camina de ese modo
y habla de esa forma
y me susurra al oído
me dice que me quiere
me gustan esas palabras
ese hablar cariñoso
cuando habla de ese modo
no  puedo soportarlo
Ven a casa conmigo, cariño
camina de esa forma
habla de ese modo
habla a tu manera, muñeca
boom, boom, boom".



Ahhhhhhhh y gracias a Coral and Mac por la foto, se las tomé bailando soullllllll en la formación

jueves, mayo 27, 2010

Pescando en la inmensidad


Una minúscula figura pesca en la inmensidad. Es una figurita pequeñita, que pacientemente espera.

Muchas veces creo que nos perdemos en lo minúsculo de las pequeñas cosas y las enredamos y se convierten en nudos, dramatizando lo insignificante. Más con la prisa que llevamos siempre, -por cierto, es un tema que solemos sacar una y otra vez en clase o por aquí en el blog y lo vamos comentando, pues creo que es importante-, con esa prisa hay una mayor tendencia a perder la espontaneidad, a perder cuotas de libertad, a robotizar los actos. Al final el cuerpo acaba con bloqueos, vamos perdiendo sonrisa pues la cabeza está llena de ocupaciones y la mandíbula se va poniendo rígida, y el espíritu se hace pesado. Todo parece centrarse en nosotros y muchas veces no nos damos cuenta de que queremos ser el centro de todo. Como una peonza que parece estar en equilibrio dando vueltas pero acaba por caer.

Me gusta la figurita de la foto pues me hace sentirme minúsculo en esa inmensidad, ser un grano de arena entre tanto cielo y agua, a esperar que los acontecimientos ocurran, pues llevan su ritmo sin querer ser nosotros el eje permanente que hace girar el mundo. Tener la paciencia de estar ahí simplemente respirando la soledad de la pequeñez, lo de menos es el pez. Pues, si tienes prisa permanentemente, el pez de la vida se escapa entre las manos. No importa si lo pescas o no, importa el gesto, el acto de vivir ese momento, no de añorarlo o de figurarlo.

“El momento presente es un momento intemporal, y un momento intemporal es eterno; es un momento que no sabe de pasado ni de futuro, de antes ni de después, de ayer ni de mañana. Penetrar profundamente en este momento presente es, pues, sumergirse en la eternidad, dar el paso que nos hace atravesar el espejo y nos adentra en el mundo de lo que no nace y de lo que no muere”.

Ken Wilber



Stevie Wonder - Superstition live on Sesame Street

El pony fantasma


Tarde, muy tarde en un día pleno, oigo a Boccherini, el tema “La música nocturna de Madrid”. En algún artículo anterior del blog hay un enlace para oírlo. Me trae sensaciones dulces y alegría a estas horas, es casi la una de la madrugada. También me trae bellos recuerdos, pero los recuerdos son sólo eso, recuerdos.

Y ayer apareció un pony perdido por estos lares, un bellísimo caballito, en la noche en que la luna tan arriba, tan luminosa, tan blanquita iluminaba el campo de un modo mágico y espectral. El pony relinchaba y relinchaba y Boccherini me alegra tanto el corazón mientras escribo. Le tuvimos que atar a un eucalipto gigante al lado de casa, en un prado lleno de hierba, en espera de poder realizar gestiones al día siguiente para localizar al dueño.

Y me acerque a verlo de día. Ahhhhhhhhhhhh negro claro, robusto, fuerte, con mucho carácter, con una melena larguísima negra que le cae hacia un lado, nervioso por su bravura, pequeño pero potente, poderoso y orgulloso.

Coquelico, mi burrita, lo mira a través de la reja, allí en el prado de al lado.

Y el caballito la llama relinchando.

Ahora leo a Curtis, el extraordinario escritor-aventurero-antropólogo que vivió con diferentes tribus de indios norteamericanos antes de su desaparición, plasmando su vida, su cultura, sus creencias, su música, recogiendo para la posteridad todo aquello que podía registrar. Algo increíble. La síntesis, según leo, es esa comunicación con la naturaleza, con este lugar donde vivimos y sentimos y morimos, ese compartir con el medio, con la naturaleza sin cortapisas, con amor y profundo respeto.

La pureza del pony me retrae a la pureza de aquellos hombres y mujeres.

Esta noche cuando llegué, el pony ya no estaba, seguro que era un fantasma que me trajo la luna.

Pongo a continuación algo especial. Es importante verlo relajado, con disfrute, como viendo correr un pony espectral por una pradera...


Pablo Casals plays BACH - Suite no 1 for Cello - part 1



viernes, mayo 21, 2010

El herrero del corazón


Andando por unas calles medievales, me encontré con un herrero. Desde niño los tenía mitificados, me resultaba sorprendente poder manejar de tal modo la materia, y en mi alma de niño soñaba con forjar la espada de Conan, el Bárbaro, que era uno de mis cómics preferidos, y ser un guerrero invencible amante de la aventura, de las buenas acciones y de las princesas deslumbrantes.

Y siendo niño organizaba batallas donde colocaba a mis huestes para tomar árboles fortificados, pequeños fuertes rodeados de fosos, luchando con los otros niños guerreros en un juego sin fin que duraba hasta que anochecía.

Según fui creciendo, el espíritu del guerrero se mantuvo a lo largo de mi vida.

Y llegó un día el yoga para atenuar tanta energía, y elegí el yoga del guerrero, el yoga fuerte, el yoga duro, el yoga espartano y durante años me forje ahí.

Pero algo no iba bien, busqué un yoga más femenino, más ying, no tan yang y me inundé de él.

Pero seguía sin encontrar el camino adecuado.

Y un día, en un taller de yoga de artes plásticas, allá en las montañas de Barcelona, me desnudé y elegí ser pintado plenamente, íntegramente, fue una catarsis esas horas pintándome. Y desde lo alto del monte donde me pintaban, ya completamente convertido en un guerrero de colores, bajé silenciosamente y con paso majestuoso, pero humilde pues había comprendido, hacia la Masía donde estaban todos los compañeros.

Luego, por la noche, mi amigo Manolillo durante horas me fue quitando la pintura con agua caliente. Yo seguía silencioso, en catarsis.

Y comprendí que era un guerrero pero la fuerza radicaba en mi corazón, no en el esfuerzo, en esa energía tan tremenda que desde niño, durante mi adolescencia y madurez, me llevaba a subir la piedra una y otra vez como Sísifo a lo alto de la montaña, para volver a dejarla caer.

Y el yoga me va mostrando ese camino del guerrero donde el campo de batalla es interno, donde la espada no mata, sino que da luz, donde la fuerza es la fluidez de tu comprensión, donde tus sombras son tus compañeros no tus enemigos. Donde el día y la noche se confunden y se alimentan, pues ambas son claridad y oscuridad de lo que eres.

Y donde el corazón es el eje, el faro para darte cuenta que no hay batalla, hay camino. Donde no hay ni fuerza ni suavidad, sólo hay momento presente de sentir.

El herrero da calor para modelar la materia. La práctica, y sólo la práctica constante, nos purifica limpiándonos de aquello que no sirve, abriendo los poros de la piel para que suden las rutinas de lo que no somos, dando calor y disciplina interna para asentar y flexibilizar, para ceder, encajar y fluir y no luchar, para desgastar sólo aquello que exige el equilibrio, y nos dota de espadas convertidas en arados para arar la tierra y plantar semillas de paz para abrir sonrisas y corazones.




Nach - El camino del guerrero






domingo, mayo 09, 2010

Ahimsa o la no violencia

                                     

Hubo un hombre, Gandhi, que llevó la comprensión de Ahimsa hasta tal punto que logró, sin alentar jamás el derramamiento de sangre, que la mayor potencia colonial de entonces, Inglaterra, liberara a India de su colonización y pudiera decidir su propio destino. La ironía fue que murió asesinado. Pero su ejemplo es permanente.


Dentro de los yamas, que es una parte del yoga que nos hace ver nuestra actitud hacia el entorno, el mundo, lo externo, se encuentra Ahimsa. Podríamos traducirlo por no violencia: “a” significa no, “himsa” violencia, injusticia, cruel.

Independientemente de que el yoga nos proponga que sea en relación con lo externo, todo ello nace de lo interno, por lo cual es un principio donde la primera práctica ha de ser en nosotros mismos, para luego, una vez comprendido, poder plasmarlo en nuestras relaciones con el mundo.

No haré daño a mi prójimo en el momento que me dé cuenta de que no debo hacerme daño a mí. Dentro de nuestra práctica con asanas, el principio de Ahimsa nace del observador que siente que debe equilibrar las partes y encontrar la justa proporción para no dañarse, para no violentarse. Este observador aprende que debe utilizar con inteligencia su alma, su cuerpo, su respiración, sus células, para que entre ellas dialoguen y no caigan en una competición íntima de querer alcanzar más que aquello que el instante y el presente nos ofrece. Es decir, no se trata de forzar la asana, o de no darle la comprensión adecuada, lo que hace que no la sintamos en su belleza y entonces nos perdamos sus enseñanzas.

Por tanto, si en asana aprendo a no dañarme y a jugar equilibrándome adecuadamente, ya estoy plantando la semilla de Ahimsa. La esterilla habla y muestra aquello que le doy.

Vamos a ir profundizando: ser no violento es aprender a amarse, a tener amabilidad con uno mismo, a cuidarse el templo que supone nuestra existencia. Ello puede ser un primer paso. Ser considerado con lo que realizo, estar atento a mis acciones y mi comportamiento, primero, insisto, conmigo mismo.

Así voy aprendiendo a no violentar mi cuerpo y mi ser.

Pues, por ejemplo, estoy actuando con violencia trabajando sin parar, sin darme ninguna pausa para descansar o simplemente observar la existencia.

Si aprendo a comer adecuadamente sin dañar mi cuerpo con alimentos que no me hacen bien.

Si me doy cuenta de que no aceptar las situaciones me violenta, me comprime y ahoga, y ello genera violencia interna.

Si descubro que el miedo, al inmovilizarme, me daña.

Y, si aparece un gusano o una araña en la habitación, lo aplasto.

O si mis gestos generan una energía violenta a pesar de que en apariencia estoy tranquilo.

Y si el tono de mi voz genera violencia.

Y si me dejo llevar por los pensamientos negativos hasta tal punto que me intoxico.

Hay tantos modos donde la violencia campa a sus anchas, que lo maravilloso del yoga  es que da luz  a aspectos de la conciencia que nos eran desconocidos, da luz a aquello que somos para que tengamos la oportunidad de, por lo menos, verlo. De la oportunidad de tener más claridad para poder, si lo deseamos, profundizar y ser mejor personas primero con nosotros, luego con la existencia.

Y, una vez que comprendamos el principio, Ahimsa es amor, un amor profundo hacia el otro porque he aprendido a amarme. Un amor y respeto reverencial por la vida, pues me he dado cuenta de que soy vida.

Entonces de nuestra práctica nace Ahimsa, pues conecta con el amor que hay en nosotros al enseñarnos a no violentarnos, a no forzarnos. Pues del equilibrio nace la dulzura y el respeto a la vida.

El ser calmado y no violento genera paz, de la paz nacen buenos sentimientos que hacen más hermosa la vida a todos los seres, y la interpretación amorosa de la realidad diaria resulta más enriquecedora y plena que una realidad reñida con la competitividad, los permanentes objetivos estresantes, o lo material como premisa fundamental.


Ahimsa es amor,
el amor es ser amable
con uno mismo
y con el mundo,
de un modo calmado
y con una sonrisa de comprensión.
No es ser pusilánime, para nada.
Es amar la creación sabiendo dónde pisas

Seres en paz que sienten, respetan y aman la existencia, al otro, y a ellos mismos, sin ofenderlos ni ofenderse.

Jackson five-Blame it on the boogie



.

jueves, mayo 06, 2010

Descomprimido



Volvía el otro día del yoga playa y el cielo parecía derretido entre morados, rosas, naranjas y amarillos, y mientras conducía, disfrutaba como un enano ante tanta belleza, y conducía despacio como para que el tiempo se hiciera lento y el atardecer hiciera una pausa y me permitiera contemplarlo detenido en su belleza del instante.

Siempre me gusta la vuelta a casa, la vuelta al hogar, la vuelta a mis compañeros los animales, la vuelta al frío del atardecer en el campo, la vuelta al silencio. Me gusta la soledad, siempre me ha gustado, desde que era niño. Eso me ha traído inconvenientes pues me quedo ciertamente ensimismado, o en términos más claros, diríamos que me quedo “alelao”. Bien, no me importa, disfruto y poco a poco he ido haciendo partícipe a los demás de aquello que surge de mi silencio, o de mi embobamiento.

Parece curioso que mi actitud o comportamiento social sea muy extrovertido, pero en el calor de mi hogar mi disfrute sea distinto, y mis silencios sean más claros que en el ámbito social normal. A veces eso también me ha creado problemillas, pero bueno, todo es cuestión de comprensión, de empatía y de calma. Me siento bien en el hogar, en mi casa, entre los libros, la casa por hacer, los árboles con los pájaros, las nubes hermosas, los perrillos que no dejan de amarme, los burros que son ositos de peluche, las aves que cantan al mundo, ese silencio que puebla la atmosfera donde la noche se llena de estrellas, y donde la luna me ilumina el camino, o su falta me oscurece plenamente para, a pesar de ello, sentir su claridad, aunque no esté ahí conmigo.

Y hoy comentaba en clase algo que observaba mientras meditábamos, y era que disfrutábamos de la meditación pero muchas veces nuestro gesto, sobre todo facial, era de tensión. Parece una contradicción pero pasa mucho, y hoy se hizo muy patente, y lo comenté. La frente con arrugas y los ojos tensitos, y esa mandíbula apretadita. Todo ello reflejo de días y días de ir con prisas de una cosa a otra sin un momento para el embobamiento, o para la calma o para ver ese atardecer. Meditar se puede convertir en algo mecánico, en una copia de algo que se repite sin parar pero que no alimenta. Y la meditación es creación, es instante, es libertad, y es una sonrisa que me inunda el pecho, la frente, la comisura de los labios, que me llena el cuerpo. Y para meditar no me hace falta sentarme, sólo me hace falta conectar con aquello que tengo delante y vivirlo plenamente entregándome entero al momento, deteniéndome internamente para ser capaz de vivir aquello que me inunda, que es esta vida tan hermosa.

BOB MARLEY - JAMMING (Live)

http://www.youtube.com/watch?v=5WlCdiU9IzA

Artículos más visitados

Amigos del Blog

Todos los artículos a un clic

Traslate