martes, abril 26, 2011

Pequeños gestos para apaciguar la ansiedad

                                                                                   
Muchas personas vienen a clase de yoga con ansiedad. Muchas personas toman medicación debido a ello. Y la ansiedad, como sombra que es, nos hace sufrir.

  Según avanzan las clases de yoga el cuerpo, la mente, el espíritu se vuelven a equilibrar, se apaciguan, todo vuelve a su sitio, y la ansiedad va menguando, pero es un mal de nuestros días.

Vivimos en una sociedad que nos ha educado o que nos manda continuamente mensajes que nos desbordan pues los hacemos propios, y los ponemos en marcha sin parar, es decir sin reflexionar sobre ello. Hacer y hacer sin detenernos, consumir proyectando dicho hacer. Ser muchas cosas pero no ser lo que uno es.

 Por ejemplo, damos poco espacio a nuestra vida personal, damos más importancia a listas interminables de cosas que hacer. Nunca tenemos tiempo para estar con nosotros, para simplemente no hacer nada o hacer sin hacer, es decir disfrutar. En realidad las listas nunca se acaban y no sólo eso, crecen sin parar, y más, muchas veces no nos permiten vivir nuestro presente pues mentalmente se apoderan de él, y así estamos, de lista en lista, de exigencia en exigencia. No hace falta que nadie nos apriete, lo hacemos sólos.

En clase, muchas veces hablamos de relajar las mandíbulas, de sonreír, de quitar tensión al gesto. Resulta curioso que la vida diaria nos tense de tal modo que el rictus de la boca, el gesto de la cara se encuentre tan apretado, y no nos damos cuenta.

Muchas veces, por la mañana sentado observo el gesto al andar de las personas, su cuerpo, su cara, su rictus. Y de aquello que hablamos, resulta muy sorprendente, alucinaríamos; pocas personas se encuentran relajadas.

Voy a ir comentando algunos puntos a los largo de los próximos meses que nos pueden ayudar a transformar, a disminuir esa ansiedad.

Pequeños gestos para apaciguar la ansiedad:

-Una vez te aparezca la ansiedad, ponle nombre "ansiedad", y no dejes que te arrastre el pánico. Aprende a observala, eres tú, son tus tensiones. Ponte las manos en el abdomen, y siente las yemas de los dedos.

-Si ves que te puede la ansiedad, realiza alguna actividad que distraiga tu mente, algo tranquilo que te de presencia, algo que te proporcione  disfrute.

-Prueba a delegar y a no exigirte a todas horas, a pasar de la lista interminable. Experimenta el placer de ver que no pasa nada.

-No te sientas tan responsable. Transforma tanta responsabilidad y tantas obligaciones en momentos para ti.

-Prueba a desdramatizar. Observa la ansiedad y pon nombre a lo que crees que la produce. A lo mejor es una ficción mental que ha crecido y no es tan tan tan importante como crees.

-La vida nos suele equilibrar si le damos la cuenta justa.

-Juega, juega, juega. Ríe, ríe,ríe. Baila, baila, baila.

-Prueba a dar paseos observando la vida: los árboles, los niños, el sol, las flores. Huye de tanto mental.

-Mira de frente, tranquilo y digno. El mirar la vida te trae al ahora.

-Permanece atento a los pequeños detalles que te hacen feliz a ti y a los que amas.

-La ansiedad no deja de ser un juego de sombras. Busca tu luz. Alimentate de aquello que te trae luz. No sigas rutinas que te den sombras y que te lleven a las cloacas de tu ser.

-Planta semillas de momentos, de emociones, de sentimientos que te hagan feliz, y dejalos crecer.



Stevie Wonder-"Superstition live on Sesame Street"

Artículo escrito por Carlos Serratacó
Escuela de Yoga y Conciencia
Asociación Onubense de Yoga
Huelva, Abril del 2011



4 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy guapos los dos.

Anónimo dijo...

Carlos lleva razón en lo que has escrito sobre la ansiedad, lo que ocurre es que cuando estás metido en ella no eres capaz de darte cuenta de lo que realmente te pasa, no te sientes bién, pero no terminas de asimilar cual es el problema, generalmente necesitas ayuda, pero te cuesta verlo, es más fácil si haces lo que tú dices, pero no todo el mundo tiene esa fuerza para ponerle nombre y ver como puedes con ella.

Lola

ex-adicta a la ansiedad dijo...

realmente es como dices, pero estás metido en un gran engranaje que te va moviendo sin parar y no descansa, tienes el trabajo, todo es urgente, todo tenia que estar hecho para antes, tienes que estar pendiente de todo, repasar la agenda continuamente, otra vez antes de irte por si olvidastes algo, para que no quede pendiente, llegas a casa y te ocurre igual, los niños, loas clases, las compras, las tareas, repasar lo del dia siguiente, no tienes apenas tiempo para tí, eres la última siempre y eso al final te pasa factura, la ansiedad que entra y tarda en salir, hasta que no sales de toda esa voragine en la que estás metida casi sin darte cuenta, y pasa su factura...

Carlos Serratacó dijo...

hola, muchas gracias por escribir. Sí es un gran engranaje, pero las piezas nosotros, podemos ir ganando espacio a la vida, aunque sea poco a poco, un espacio para uno, e ir así poco a poco recuperando lo perdido. Si lo reflexionamos, a lo mejor tenemos muchas obligaciones, o a lo mejor todo se ha convertido en una obligación, y quizás sea posible prescindir de alguna obligación inmediata. También puede er posible practicar pequeños actos en paz, aunque sea un par a la semana. Pequeños actos donde no tengamos la sensación de que todo nos devora. La ansiedad no es algo externo a nosotros, depende de como vayamos viviendo e interpretando lo que ocurre, propongo en el articulo, pequeños actos que nos pueden servir, besos

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