lunes, junio 13, 2011

El pequeño arco iris


La felicidad, como los sueños, a veces son tan etéreos como el arco iris de la foto. Pero cuando se materializan nos llenan el alma de colores.


Hemos comentado alguna vez que muchas veces pensamos que la vida es lineal, que las cosas ocurren porque nos apetece, y que todo lo que pensamos o soñamos se cumple, y porque a veces todo eso no ocurre nos llenamos de infelicidad, o de frustración, o de enfermedad.

La vida está claro, no ocurre de acuerdo a nuestros parámetros, sino a los parámetros que su fluir lleva.

Es como si yo pensara: “ Tuve una vez un hogar en el campo, y un Centrito en Huelva”, y ahora al no tenerlo eso me hiciera infeliz. Y yo agarrado a ello pensara que los sueños vuelan y la vida te los roba, y que eso fuera una injusticia, y todo ello me produjera lo comentado anteriormente: infelicidad.

La meditación, la concentración, nos hace ver con claridad algunas situaciones y me hace pensar de otro modo:" Estoy muy feliz en mi hogar en la ciudad, me encanta diariamente regar las semillas que me permiten ser feliz, y la Asociación me colma pues plasma mi entendimiento del yoga, y me permite dedicarme a enseñar e investigar y ayudar, y todo ello me permite ahondar en todo lo que me hace feliz."

Lo que quiero decir es que uno si uno educa su mente desde la calma, desde una cierta ética, la vida de un modo natural va colocando todo en su sitio, sin tantos esfuerzos, sin tanto daño, sin tantas situaciones lineales, sin tantas frustraciones. Sin tantos nubarrones.

De tanto querer uno no se da cuenta muchas veces de lo que tiene delante, que es su propia realidad. De tanto desear uno se pierde. A veces estamos más atentos a lo que hace el otro, que de lo que es nuestra vida. Todo, a veces, es una excusa para la permanente dispersión.

Me gusta el yoga porque me permite estar conmigo, vivir mi realidad, observar como mis sueños unas veces vienen y otras van, mirarme con mis afectos y defectos, aceptarme, cuidarme de un modo permanente, amar de verdad, y no conformarme, ahondando en aquello que puedo transformar, de modo que el pequeño arco iris aparezca más veces, y yo pueda sentir sus colores en mi corazón.



Artículo escrito por Carlos Serratacó
Escuela de Yoga y Conciencia
Asociación Onubense de Yoga
Huelva, Junio 2011

4 comentarios:

gele dijo...

desde luego profe,mira que eres profundo......tienes mas razon que un santo¡¡¡¡¡¡¡me encantas¡¡¡¡muuuuaaaa

Wolfsom dijo...

claro, claro...
y si encima resulta que sigues teniendo un hogar potencial en el campo, y que tienes un centrito en Huelva aunque no lleve mayúscula...

Carlos Serratacó dijo...

Geleeeeeeeeee cómo van los saluditos al sol?jejejejej, espero nos veamos prontoooooooo

Carlos Serratacó dijo...

wolfsom pequeño tomasin capullin, volmemos a nuestro famoso claro claro en plena duchaaaaaaaaa. Ayyyyy con las mayusculassssssssss, y el campo.........no coment babyyy

Artículos más visitados

Amigos del Blog

Todos los artículos a un clic

Traslate