martes, junio 07, 2011

En la ciudad


Por motivos personales ahora vivo en la ciudad. He vivido 16 años en el campo. Lo echo mucho de menos y vuelvo permanentemente para cuidar de él, pero ahora ya vivo en la ciudad. Lo realmente importante es que me encuentro mucho mejor de salud, y muy arropado y querido.


Noto mucho el cambio, por ejemplo, el ruido permanente de los coches, día y noche. Es como un fondo perpetuo que no para. Al principio me costaba mucho dormirme, ahora ya va todo bien y descanso por las noches.

Los olores son diferentes, hay más claridad de olores en el campo, aquí todo es más denso. Y por tener las fábricas pegadas a la ciudad noto muy claramente el olor de la contaminación.

En el campo se agudiza el oído, y ahora desde el piso, me llegan los sonidos de otros pisos, y doy nombre a los ruidos que oigo: “Se ha puesto a llorar el bebe de la de arriba”, “Se ha enfadado el de al lado pues está hablando muy fuerte a su mujer”. “Yo no oigo nada”, me decían en casa, y yo decía “pues yo lo oigo”. En el campo es importante tener el oído atento, por ejemplo a los ladridos de los perros, pues en la soledad, mis amigos los perros con su ladrido me avisaban si pasaba o no pasaba gente cerca, o si a lo lejos alguien se acercaba, o si había peligro. Y los burros con su rebuzno, si algún equino andaba por la zona, por los caminos. O los pájaros o la luz la hora que era.

El cielo también es muy diferente, hemos pasado de la inmensidad, de la profundidad a tener trozos de cielo.

Estoy contento de estar en la ciudad, como cuento, me ha costado adaptarme pero soy feliz, y eso es lo realmente importante, me hace gracia pues parece a veces que hubiera bajado de las montañas y estuviera domesticándome, y en realidad es así, me estoy domesticando de cuerpo, de emociones, de respiración, y socialmente a la nueva situación.

La ciudad me trae al Madrid donde me crié, y eso también me hace feliz.

Ahora tengo cerca las clases de yoga, ahora me encuentro más descansado, y no subo y bajo al campo diariamente. Todo se hace más fácil.

El yoga nos enseña a adaptarnos, a ser conscientes de las nuevas situaciones y a ser flexibles, a saber reconocer las resistencias y trabajarlas, a positivar las emociones, a reconocer el viaje y no el fin, y a pesar de las añoranzas y los recuerdos a vivir el presente entregado a él, sacando el jugo de las situaciones que nos pone delante la vida, a vivir la vida sin dar demasiadas vueltas a porqué ocurren las cosas.

Burning con Antonio Vega-"Qué hace una chica como tu..."
http://www.youtube.com/watch?v=veSPlR972Rk

Nacha Pop - La chica de ayer
http://www.youtube.com/watch?v=4xU12NYLj4k&feature=related





2 comentarios:

Peter Wash dijo...

¿Se está haciendo viejo, guruji? Es normal.
Yo también, pero disfruto andando el camino.
Me alegro de que lo lleve Vd. tan bien.

Carlos Serratacó dijo...

dos ancianos que tienen que verse y darse un abrazito pa contarse sus aventuras, jejej, pufff pequeño tao, paso a verte pronto, simplemente no he parao, incluido cursos finde, menudo teacher stressao, besos, y abrazos muchos, kerouac a topeeee, busca a Paul Bowles, el cielo protector la novela o alguno de sus cuentossssssssss. ahora estoy con cuentos de Conradddddddddddddd

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