lunes, agosto 29, 2011

Circundo imaginario y núcleo

Hace muchos años, en mi otra vida, tuve que participar como técnico en un arbitraje entre una población gallega y una multinacional dedicada a la energía. La población se encontraba afectada por la construcción de una Central Térmica al lado de su pueblo, de sus hogares, que  durante años y años, sus efectos desoladores, les afecto y transformo su vida.

Fueron años y años de lucha del pueblo que finalmente tuvo, dentro de la desgracia, su reconocimiento en la indemnización que le dio la multinacional.

Se puso precio a todo lo afectado por la mina, por la Central.

Había que dar un justiprecio no sólo a las casas y a las tierras, sino a aquello que rodeaba  a las casas: el árbol que planto el bisabuelo, el gallinero que se tardo tanto años en construir, el pajar, a los pinos que trajo el padre inmigrante de Suiza y que llevaban años en la puerta de casa, etc. es decir, toda una vida se veía afectada, incluso aquello que rodeaba la casa y tanto se amaba.

Fue un arbitraje, una mediación donde el corazón de los técnicos se encontraba con el corazón del pueblo.

Y se acuño un término que me persigue con el paso de los años: el circundo imaginario, que era todo lo entrañable, toda la vida que rodeaba las casas.

Llevo años trabajando duramente en la casa en el campo de Beas, aquí en Huelva, para hacerla más amable, más habitable. Este año circunde la casa con una valla dejando a los perros y los burros en su propio espacio pues antes vivíamos todos revueltos. Y a lo largo del año voy plantando frutales dentro del circundo, lo limpio de malas hierbas, riego apaciblemente cada vez que voy, apilo leña para el invierno, acaricio las hojas de lo que crece, lo mimo. Todo ello lo he ido contando en este blog.

 Y la casa, su núcleo, sigo trabajándolo, poniendo lisas las paredes, pintando la casa de blanco, lijando la cocina, barnizándola, montando la biblioteca. Todo con ayuda de personas que me quieren, otras veces sólo.

He visto como estando atento al circundo imaginario veo más claramente el núcleo. Mi vida interna se clarifica, mi hogar, reflejo de mi alma parece más límpida. Me doy cuenta que me muevo mejor, que uso la energía que he de usar, me noto más ligero, que pienso y siento más positivamente. Estoy muy atento y de un modo relajado a todo ello, y noto que cada vez profundizo más en el núcleo.

En el yoga nos damos cuenta que asana empieza en la toma de conciencia de nuestro circundo imaginario en dirección a un núcleo, en los brazos, en las piernas, en el torax, en la piel, en los huesos, en los pulmones... en la respiración, hacia nuestro corazón, hacia nuestra alma.

Por otro lado las acciones, los actos, los pensamientos, lo que verbalizamos, los gestos, lo que somos, nuestra alma, nuestro corazón tienen su circundo, hay que reconocerlo, abrir puertas de entrada y darle amor y entrega, sólo así llegaremos al centro.

Un viaje de ida y vuelta donde sólo una vez en el centro cabe expandernos. Un sol, un universo.

No hay comentarios:

Artículos más visitados

Amigos del Blog

Todos los artículos a un clic

Traslate