lunes, septiembre 05, 2011

Yama y Niyama, de la esterilla al corazón (ética del yoga)



Alguna vez hemos comentado que la práctica del yoga genera dentro de nosotros muchos principios que mejoran nuestra calidad de vida. Siempre comento que lo bueno es que todo ello surge de una práctica interna, de un saber estar de uno mismo, con una simple esterilla practicando yoga. 

Es decir para que podamos beber de esos principios no cabe creer en maestros, ni en creencias, ni en nada que no sea algo que surge del interior nuestro. Un buen profesor sólo señala un camino, el alumno ha de encontrar su propia luz. Aquí no caben endiosamientos falaces.

Vamos hablar un poco de Yama y Niyama, y poco a poco iremos ampliando términos. Yama nos muestra cinco actitudes mediante las cuales nos relacionamos con nuestro entorno. Y Niyama son otras cinco actitudes, entendiéndolo como un código interno.

A mi me gusta unirlas todas,  y me gusta verlas como un proceso de compresión que surge de esa práctica interna de la cual hablábamos.

Dentro de Yama se nombran a: Ahimsa, Satya, Asteya,Brahmacharya y Aparigraha. Y dentro de Niyama: Saucha, Santocha, Tapas, Swadyaya, Ishwara Pranidana.

Voy a ir nombrando algunos principios y muy brevemente comentaré su relación con la práctica, y como esa sucesiva practica, ese continuo beber directamente de la fuente nos hace mejores personas, sin intermediarios, sólo tú y tu esterilla y tu zafu.

De la práctica de asana, al realizar una postura, nos vamos danos cuenta de la importancia de no dejarnos llevar por el ego en un afán de alcanzar una postura, y eso nos enseña a no hacernos daño, a encontrar un equilibrio de las partes, donde cada parte ayuda a la otra y viceversa. Eso entre otras cosas nos enseña el principio de la no violencia, Ahimsa. Aprendo a no hacerme daño. Y de ahí surge la reflexión que nos hacemos daño de muchos modos, y también surge que si aprendemos a no hacernos daño, nos daremos cuenta más fácilmente cuando se lo hacemos a nuestro prójimo.

Si habláramos de Satya, diría que esa observancia en asana, en la postura, nos muestra lo que somos, me muestra mi verdad de lo que soy. Ese continuo ajuste de postura me muestra mi verdad. Me enseña a no engañarme, pues igual por alcanzar la postura daño a las partes y con ello me estoy engañando, pues esa es una realidad falaz. No hay equilibrio. Por lo que la continua practica te ayuda a ser veraz, te ayuda a no esconderte en tus sombras, te ayuda a no vivir en engaños. La verdad muchas veces no es fácil. Y tampoco es fácil darse cuenta que a lo mejor uno se ha construido a base de mentiras. Creo que con darnos cuenta que no tenemos que engañarnos a nosotros mismos puede ser un buen inicio de postura.

¿Y que relaciones hay entre Ahimsa y Satya, entre la no violencia y la verdad?

Seguiremos con Yama y Niyama, comentando brevemente y luego en profundidad. Insisto mucho que no nos hace falta mucho para empezar en yoga, sólo una esterilla y un cojín de meditación. Con el tiempo llega un punto que el mundo es tu esterilla, y todo es una oportunidad para crecer, sólo cabe empezar.

Fast car -Tracy Chapman






No hay comentarios:

Artículos más visitados

Amigos del Blog

Todos los artículos a un clic

Traslate