domingo, noviembre 06, 2011

Bailando sin collar



Nunca he llevado collar, siempre he vagado libre, aquí, allí, en el centro, en el norte, allende de los mares, y ahora en el sur.

Libre y sólo bajo un olivo, sin dependencias.

Libre bajo una higuera bajo un cielo estrellado cuajado de estrellas en el cerro Negro alpujarreño.

Libre en Malasaña.

Libre en lo alto de un acantilado, desde el fondo de una cueva, en el Cabo de Gata, mirando ese horizonte pleno.

Libre en Caños, desnudo bajo gotas de luz.

Libre andando por el desierto de Pakatnamu, en el norte del Perú entre pirámides huecas y huesos que hablan.

Libre, cruzando la pampa, mirando hacia arriba los Andes.

Libre en la densidad del bosque gallego, de los zorros y de las meigas.

Libre en mis pisadas, en mi mirada, en mis gestos y en mis actos, libre en pensamiento.

Libre en mi trabajo,  libre del tiempo, libre a ratos de condicionarme y creérme el cuento, prefiero vivir relajado.

Libre en el mar esperando la ola.

Libre en el campo cepillando a Coquelico.

Libre viviendo, libre en la muerte, libre en la enfermedad.

No colonizado ni  encolerizado. No sujeto.

Me encanta bailar, oohhhhhhhhhhhhh el soul y un poquillo de rock

Libre al bailar.

Mi cuerpo sensible traza dibujos sin seguir una guía, liberado de rutinas, sin corsesssssssssssss. Todo se mueve y siente.

Otoño me pone melancólico,  pero sólo por un rato, entonces reacciono y bailo!!!

Me gusta estar sólo en este momento, y sentir cada instante.

Vivir, bailar, disfrutar tras dos meses yoguicos a tope.

Cielo de otoño en Huelva, nubes que son algodones, las praderas verdes, el mar con olas, las playas desiertas. Los pájaros no paran de revolotear.

Ahí va mi pequeño homenaje que me he dado tras un retiro dedicado al silencio.

Chuck Berry - Johnny B. Goode live 



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