sábado, junio 01, 2013

Mirando el horizonte



Ha llegado el sol. Lo recibo corriendo por la ciudad que va menguando de la sombra a la luz. Corro. Siento mis pies, encuentro un ritmo suave para acompasarlo con mi respiración. Avanzo, siempre avanzando sintiendo mi cuerpo. Corriendo para liberar, corriendo para volar, corriendo para volver.

Cuestas, llanos, la piel suda, todo se limpia. Ciudad, ciudad gris que amanece. Ciudad de ladrillos.

¿Dónde está el verdor? ¿Dónde estas luz?

Corro con este ritmo donde siempre soy consciente de mi lugar, de mi espacio, de mi tiempo, de mi destino.

Te educo, cuerpo mío. Abro una ventana para ti, mente dispersa.

Buscando el eje, el equilibrio, el lugar....

Desde donde te pueda ver a ti, horizonte....

espacio infinito, espacio de libertad.

Me cuesta levantarme, ya son muchas clases, mucho dar a lo largo del curso. Me encuentro cansado.

Pero estoy ahí, constante, presente, disciplinado en mi andar. Sabiendo que tú, suelo duro, equilibras mis pasos. Asfalto neutro, asfalto cruel.

Enfundado en este gorro de colores, corro.

Y las nubes aparecen en el horizonte y yo ya voy llegando, deteniéndome, agotado.


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